«Yo me reverencio ante ti» o «lo divino en mi saluda a lo divino en ti», «mi alma se inclina ante tu alma». Este simple gesto es pues, no solamente un gesto físico sinó un saludo más interno, una profunda muestra de respeto de todo tu ser hacia el ser del otro. Aunque se haya generalizado y conocido simplemente como una forma de saludo, se trata de un mudra y es considerado en la tradición como un gesto sagrado en el que se activan determinados circuitos energéticos.
Las manos representando el cuerpo se juntan a la altura del corazón, centro de amor y de conexión con la divinidad, y la cabeza con los ojos cerrados se inclina en señal de entrega.
Así pues no me queda nada más que decir: Namaste!
yo yoga 